El gran desarrollo de la arquitectura española en los últimos años ha dado lugar a una internacionalización no sólo de la obra sino también de los diseñadores del país. En la VII Bienal de Arquitectura se reconoce el trabajo de los arquitectos españoles más destacados, tanto dentro como fuera de la península, y se valoran también los proyectos llevados a cabo por extranjeros dentro de nuestras fronteras.

El pasado día 17 de julio se inauguró en Comillas (Cantabria), la exposición que muestra los 22 diseños que seleccionó el jurado para esta edición. En total concurrieron al concurso un total de 254 edificios a los que hay que añadir algunos que fueron propuestos por los miembros del jurado. Dos de ellos, la rehabilitación y adaptación de una antigua vaquería en Santiago de Compostela realizada por Víctor López Cotelo y el puerto internacional de Yokohama diseñado por Alejandro Zaera-Polo y Farshid Moussavi, han sido galardonados con los premios Manuel de la Dehesa y Enric Miralles, para arquitectos menores de 40 años, respectivamente. Ambos reconocimientos destacan el valor cultural y social de las obras y conllevan una dotación económica y el encargo de la redacción y dirección de obra de un proyecto en un solar de la Empresa Municipal de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid (EMV).
Antonio Ortiz, director de la VII Bienal, ha calificado los proyectos seleccionados en la presente edición como "edificios que reflejan una gran diversidad de intereses y modos de hacer". Ha señalado también que el jurado ha intentado primar la calidad sobre cualquier otra consideración, "cumpliendo así con la equidistancia que una convocatoria de este tipo exige".
Dentro de los proyectos de los 22 finalistas se pueden encontrar todo tipo de construcciones: viviendas colectivas y unifamiliares, edificios de uso institucional, cultural y de ocio, inmuebles destinados a servicios sociales, trabajo, industria y comercio, instalaciones de uso público y urbano, y trabajos de rehabilitación, lo que ofrece una visión de la importancia que tiene la arquitectura en las distintas modalidades de edificaciones, y demuestra que un buen diseño no tiene por qué ser exclusivo de los grandes proyectos.
La VII Bienal de Arquitectura Española tiene una motivación fundamental que reside en la idea de recoger, difundir y promover las obras que, por sus cualidades de diseño y ejecución, se consideren merecedoras de ser destacadas como elementos culturales y profesionales útiles para el conocimiento, la reflexión histórica y la investigación del quehacer arquitectónico español. Para que la exposición alcance una mayor difusión, los organizadores tienen previsto trasladar los 22 proyectos finalistas a Madrid el próximo 23 de septiembre y, en meses posteriores, se llevará también a Barcelona y a Sevilla.